Sibila de Fortiá, condesa-reina de la Casa de Barcelona
Procedente de la pequeña nobleza ampurdanesa, fue hija del caballero Berenguer de Fortiá y Francesca de Vilamarí, hija del veguer de Lérida. Se casó en primeras nupcias con el noble Artal de Foces, momento en que se traslada a la corte y llega a ser una de las damas de compañía de la reina Leonor de Sicilia, tercera esposa de Pedro el Ceremonioso. A su muerte se convierte en amante del rey, obteniendo importantes privilegios y ejerciendo una gran influencia sobre él, especialmente en los favores a la baja nobleza, hecho no aprobado por los infantes Juan y Martín. Tuvieron una hija, Isabel, y posteriormente se casaron (1377). La enemistad entre los infantes y Sibila era tal que ni siquiera asistieron a la coronación de la reina en Zaragoza. Cuando años después el rey enfermó, Sibila de Fortiá, atemorizada por las represalias, huyó de la corte, primero a Sitges y luego al castillo de Sant Martí Sarroca. La fortaleza fue sitiada por los hijos del Ceremonioso y, como consecuencia, la reina fue encarcelada. Acusada de traición y de abandonar al Rey, fue gracias a la intervención del Papa de Aviñón que la reina fue perdonada, bajo renuncia a todos sus bienes.