La arquitectura del castillo medieval
El castillo cumplió diversas funciones con el tiempo y eso marcó profundamente los cambios en la arquitectura. En un primer momento fue concebido como un castillo defensivo, organizado en torno a un patio de armas donde se abrían las diferentes estancias y rodeado de una muralla perimetral con dos torreones defensivos.
Ya en la baja edad media, el edificio se convertirá en castillo-palacio con una clara función residencial. Se caracterizará por la ampliación de los grandes salones nobles y el uso de elementos decorativos de estilo gótico, distribuidos junto con los dormitorios en las estancias superiores, y situando las caballerizas, la cocina y la bodega en la planta inferior. En cuanto a las murallas, se constatan tres recintos progresivos que fueron adaptándose al crecimiento del conjunto. La primera muralla, coincidiendo con el castillo primitivo, delimitaría sus propios muros. La segunda muralla, del s. XII-XIII, se ampliaría hasta la zona de la iglesia, y el tercer recinto, de más superficie, nacería a los pies del barranco.