Los orígenes del poblamiento en el territorio
Hay numerosos vestigios que demuestran la presencia humana mucho antes de la propia fundación del pueblo. Los restos materiales neolíticos encontrados en yacimientos como el de Balmes de les Valls, el del Turó dels Tres Pins o el de Les Guixeres de Vilobí, testimonian la ocupación y la explotación del territorio martinenc desde el tercer milenio a. C.
Los íberos también habitaron este territorio. Este hecho lo demuestra el hallazgo de fragmentos de cerámica ibérica, como los de la zona de Cal Jaumet, el conjunto escultórico de Cal Posastre o el descubrimiento de pequeñas estructuras de lo que podía haber sido un oppidum en el área de la colina de la Roca. Los romanos también dejaron su huella. El hallazgo de un fragmento de torso masculino de un antiguo monumento funerario (s. III – II a. C.), los restos de una villa de época imperial en Cal Posastre (s. I d. C.) y la necrópolis del Pla de la Sucarrada (s. III – IV d. C.) son algunos testimonios de su pasado en el territorio.